Pérdida Auditiva y Aislamiento


Pérdida Auditiva y Aislamiento


La mayoría de las personas que sufren pérdida auditiva o hipoacusia, experimentan importantes consecuencias en su calidad de vida, ya que este problema afecta tanto a la comunicación como a la interacción social, aumentando el riesgo de padecer fatiga, depresión o en última instancia, demencia.

La pérdida de audición provoca problemas depresivos y de autoestima.

Los problemas en la comunicación de quien pierde la audición pueden llevar al aislamiento. Se ve mucho en los adultos mayores que evitan encuentros sociales porque se frustran al no poder escuchar una conversación, y el aislamiento genera estados depresivos.

Un estudio publicado recientemente en The Lancet -revista médica británica- afirma que el déficit auditivo es una de las principales causas de desarrollo de demencia. Por ello, las prácticas preventivas se convierten en algo esencial. Esta investigación relaciona algunos aspectos externos y no biológicos que pueden reducir el riesgo de padecer demencia: el uso de audífonos ante una pérdida auditiva la reduce en 9%; el abandono del hábito de fumar en un 5%; tratamientos para la depresión en un 4%; y una mayor actividad física en un 3%.

La pérdida auditiva puede resultar extremadamente agotadora, por lo que el uso de audífonos puede ayudar a gestionar mejor el sonido, recibiéndolo de una manera más eficiente. Así, las personas con pérdida auditiva que utilizan audífonos están más preparadas para participar en situaciones sociales, incluso con grupos numerosos.

A partir de los 60 años se estima que un 30% de los adultos mayores presentan trastornos auditivos, cifra que puede llegar al 50% a los 80 años.

Las cinco señales de alerta son:

  1. Mala comprensión de las palabras en un lugar ruidoso
  2. Decirle al interlocutor que repita
  3. Aumentar el volumen de la televisión
  4. Hablar más alto
  5. Es más simple entender la voz de los hombres que la de las mujeres y niños, porque surge una dificultad para captar ruidos de tono alto.

Ningún medicamento puede rejuvenecer los tejidos, pero existen fármacos que mejoran los síntomas del déficit auditivo del adulto. Otro tratamiento son los audífonos, único medio para evitar el aislamiento social de las personas que sufren la pérdida de audición que surge con la edad. Su uso debe ser precoz y en lo posible bilateral. Si la pérdida es profunda, existe la posibilidad de realizar un implante coclear.

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